Es frecuente pensar que comerse las uñas es un mal hábito o que simplemente está asociado a los nervios del momento. Pero este hábito compulsivo de comerse las uñas puede esconder razones más profundas de tipo psicológico, y con cierta frecuencia es un indicador de algún trauma pasado.
El hábito de comerse las uñas, llamado onicofagia, no se limita a un problema estético, y sus consecuencias sobre nuestra salud son bastante negativas. En las uñas y los dedos albergamos infinidad de microorganismos, algunos de ellos patógenos, que llevados a la boca pueden producir una infección. Es más, al mordernos las uñas podemos dañárnoslas de forma grave, así como también perjudicar nuestros dientes y encías.
¿Por qué nos mordemos las uñas?
Morderse las uñas es muy común: se estima que hasta un 30% de la población lo hace, y además es mucho más habitual entre niños y adolescentes, aunque tiende a desaparecer cuando nos hacemos adultos.
Las diferentes investigaciones en relación a esta conducta nos ofrecen cuatro motivos para explicar esta conducta:
Es placentero: un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de San Francisco revela que morderse las uñas puede ser placentero y relajante, especialmente en situaciones estresantes o frente a tareas difíciles.
Perfeccionismo: una investigación publicada en el Journal of Behaviour Therapy and Experimental Psychiatry revela que puede darse con mayor frecuencia en personas muy perfeccionistas
Predisposición genética: según la doctora Shari Lipner, de la Weill Cornell Medicine, un tercio de las personas que se muerden la uñas tienen algún familiar que también lo hace.
Desorden obsesivo-compulsivo: en 2012, la Asociación Americana de Psiquiatría incluyó la onicofagia como uno de los síntomas del desorden obsesivo-compulsivo.
¿Debo dejar de morderme las uñas?
La onicofagia puede ser un hábito antiestético, antihigiénico y, en muchos casos, vergonzante para quien lo sufre, pero no tiene por qué ser un hábito peligroso, siempre y cuando no vaya asociado a otro tipo de trastornos más graves como pueden ser los trastornos de déficit de atención o trastornos de la conducta.
El gran peligro de la onicofagia es que nos lleve a sufrir otro tipo de consecuencias para nuestro organismo, como por ejemplo problemas dentales (dientes torcidos, astillados o incluso problemas de gingivitis o inflamación de las encías), infecciones causadas por bacterias alrededor de la piel de los dedos (es la causa más común de la paroniquia), o incluso afecciones estomacales.
¿Cómo puedo dejar de morderme las uñas?
Lo primero que deberíamos hacer es identificar el origen de este hábito. Es posible que en nuestro caso la onicofagia esté ligada a situaciones de estrés o ansiedad, por lo que el hecho de mordernos las uñas sería una consecuencia de estos episodios. Identificar estas situaciones e intentar llegar a la raíz del problema sería la forma adecuada de proceder en este caso.
Podemos optar, como solución mas inmediata y sencilla, por probar con algunos productos naturales:
- Esmaltes amargos transparentes: son totalmente inocuos, puedes adquirirlos en farmacias, y su sabor es tan fuerte que evita que te muerdas las uñas al mismo tiempo que las protege.
- Infusiones relajantes: Si muerdes tus uñas principalmente por estrés, la valeriana, la tila o la pasiflora son idóneas para ti.
- Chicles o raíces: a veces, la mejor manera de evitar comerse la uñas es teniendo la boca ocupada, y para ello puedes masticar un chicle o caramelo sin azúcar, incluso puedes usar algunas raíces como la de jengibre o el palidú, la raíz de una planta conocida como regaliz.
- Aceites amargos: como en el caso de los esmaltes amargos, también hay aceites que cumplen la misma función y son productos más naturales. Los más indicados son el aceite de árbol de té, que además es antibacteriano, y el aceite de nim, los cuales aportan un amargor muy desagradable a nuestras uñas.
- Ajo y limón: estos ingredientes siempre los tenemos a mano en casa, y lo único que tienes que hacer es restregarte cualquiera de ellos por las uñas.
- Dieta rica en aceites esenciales: los alimentos ricos en vitamina B y ácidos grasos Omega 3 producen una sensación de saciedad durante más tiempo. Por ello, podrían ser buenos aliados para dejar de comerse las uñas.
Hay algunos otros consejos muy sencillos también que te pueden ayudar a combatir el problema:
- Una aplicación para el móvil: existe alguna aplicación para el móvil que ofrece sencillos consejos y muy efectivos para ayudarte con el problema.
- Hazte la manicura: este truco está más destinado a las mujeres, pero no debes descartarlo ya que es muy efectivo.
- No ingieras bebidas estimulantes: es muy importante evitar el consumo de bebidas que te pongan más nervioso,
- Utiliza guantes: nada mejor como una buena barrera que nos impida llegar a nuestras uñas para evitar morderlas.
- Aprieta una pelota: se llaman pelotas antiestrés y no es casual, pues realmente te relajan y evitan la rutina de comerse las uñas.
Hipnosis para dejar de morderse las uñas
La hipnosis es una herramienta terapéutica que nos permite abordar el problema de la onicofagia con grandes posibilidades de éxito. La terapia en hipnosis va dirigida a:
- Reducir la activación emocional: se pueden utilizan técnicas de relajación, de respiración, supresión de bebidas estimulantes, etc.
- Modificación de conducta: creando hábitos saludables que desactiven la pulsión de morder las uñas.
- Gestión emocional: herramientas para conocer y poder gestionar las emociones asociadas al hábito de comerse las uñas.
- Reducir y parar los pensamientos obsesivos: será necesario elaborar un plan para poder identificar los pensamientos, clasificarlos, y reducirlos hasta poder eliminarlos.
- Recursos: elaborar un listado de recursos que puedan ayudar a ir eliminando este mal hábito.
- Autoestima: elevar la autoestima de la persona, que se verá mermada, entre otras cosas, por los sentimientos de vergüenza que siente por el aspecto de sus manos.
Me ha parecido un artículo muy interesante ya que la onicofagia es un problema muy habitual en muchas personas y es cierto que usar pelotas antiestres personalizadas y otros métodos como utilizar guantes o masticar un chicle o un caramelo son unos consejos muy úties que si se llevan a la práctica pueden ser de utilidad para dejar de comerte las uñas.